Si no te llevas bien con las cometas,
recuerda cuando te crecieron las tetas.
¿Por qué se ríen de las princesas hoy?
Dime que sigues recubierta de roquefort.
Y si necesito amor encenderé el radiador,
porque no quiero estar contigo si es encerrado en el baúl,
porque la comida es fría y apenas entra luz,
porque huelen las paredes a recién pintado aún.
El cartero no tenía la culpa,
el cartero no tenía la culpa.
Fui yo el que a quererte no se atrevió,
fui yo el que a quererte no se atrevió.
Tu dentadura se me escapó.
¿Quién me cuenta ahora historias de terror?
¿Quién se acuerda de los imanes del congelador?
Siga a la mujer serpiente, por favor.
Un oso panda en el salón se está comiendo el pantalón,
no tengo nada que ponerme, vestidos para la ocasión.
Un hombre rana en el salón se está secando con mi albornoz,
dime que me quieres aunque todo terminó.
El cartero no tenía la culpa,
el cartero no tenía la culpa.
Fui yo el que a quererte no se atrevió,
fui yo el que a quererte no se atrevió.
Y ahora estoy, y ahora estoy de puta madre,
ya te llamaré más tarde.
Y ahora estoy de puta madre,
estoy de puta madre,
estoy de puta madre,
estoy de puta madre.
Aprender a tocar la guitarra con nosotros es de valientes. Te la dedicamos.
Tras de mí una escena y diez mil frases que repetir,
ya ves, lo que es no es.
Yo no voy a contar lo mejor, a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.
No digo lo que digo,
hago lo que no hago,
al revés, al revés, porque
ser valiente no es sólo cuestión de suerte.
A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!
Tú también tienes que ver
que nunca tengo mi papel.
Nube gris, riega todo el jardín,
todo el jardín, todas las flores que no probé.
No olvido los sueños,
vuelvo a lo que no acabó,
no perdí, no perdí, porque
ser valiente no es sólo cuestión de verte.
A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!
Pensad que ya no estoy,
que el eco no es mi voz,
mejor aplaude y vámonos.
¡Qué termine esta función!
Tras de mi una escena y diez mil frases que repetir,
ya ves, lo que es no es.
A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor,
bailando hasta el apagón.
¡Disculpad mi osadía!
Pensad que ya no estoy,
que el eco no es mi voz,
mejor aplaude y vámonos.
¡Qué termine esta función!
Deme la voz, deme la voz, deme la voz,
apuntador, deme la voz, deme la voz,
apuntador, deme la voz, deme la voz,
deme la voz, deme la voz, la voz …
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.AceptarNoPolítica de privacidad
Puedes revocar tu consentimiento en cualquier momento usando el botón de revocación del consentimiento.Revocar el consentimiento